En los días cercanos a la Navidad, existe una muy buena y antigua costumbre: felicitar a los miembros de la familia, a los amigos, compañeros de trabajo, a los clientes y proveedores, a todos aquellos con quienes nos tratamos por cualquier razón más o menos importante.
Una tarjeta de felicitación es el vehículo que podemos utilizar para transmitir a todos nuestros buenos sentimientos, con la constancia de unas líneas escritas de puño y letra, manifestación singular de recuerdo, de agradecimiento, de cariño.
Por e-mail se pueden enviar christmas «virtuales»: nada más rápido y fácil. Pero también -podría decirse- nada más frío, más impersonal, más inmaterial. Al fin y al cabo, es una imagen en la pantalla del monitor que es borrada inmediatamente o -en el mejor de los casos- se queda olvidada en el disco duro. Y, a veces, tedioso para quien recibe la felicitación.., si es que los filtros anti spam no impiden que la reciba.
¿Entonces? Entonces, lo mejor es seguir enviando las tradicionales tarjetas navideñas en papel: una imagen y un recuerdo material presente días y días en la casa o en la oficina de quien la recibe; un detalle que crea ambiente y que se agradecerá durante mucho tiempo.